✔️Tal vez hace tiempo estás tratando de ser mamá o papá,
✔️O estás atravesando una enfermedad o una separación,
✔️O has sido desvinculado del trabajo
✔️O hubo un hecho traumático en tu vida
O sea lo que sea, es algo difícil para tí y de alguna manera sabes que todos saben pero….
Nadie te pregunta sobre eso.
¿Te pasa?
A veces, por cuidar elegimos el silencio y nos privamos la oportunidad de dejar que el otro elija que hacer con eso que le está pasando.
Una vez escuché una frase que quiero traer a colación a esta reflexión. La frase decía algo así como “Las personas mueren dos veces, una cuándo lo hacen físicamente y la otra cuándo ya no se las nombra más”.
No hablar de algo, sabiendo que está latente, de alguna manera es sacarle identidad. Es una manera de negarlo o dejar de reconocer que ha existido.
Muchas veces esa recepción del entorno hace que la situación que estamos atravesando sea más pesada, más angustiosa y lo que nace de los otros desde el cariño y el respeto (El silencio) se transforma en angustia y sensación de incomprensión o soledad.
Si te está pasando esto te comparto 3 reglas de oro para hacer un cambio radical en ese sentir de tu vida:
1. Identifica a aquellas personas que realmente te duele no te pregunten cómo estás con ese tema:
Bienvenido sea que no sea todo el mundo te esté repreguntando todo el tiempo o que sea el único tema de tu vida, por eso bienvenidos aquellos que no te preguntan. Sin embargo, hace esa breve lista de esas personas relevantes en tu vida que te gustaría estén cerca de ti en relación al tema en cuestión.
2. Abre un espacio de conversación honesto con cada uno de ellos:
Haz un llamadito, tómate un café, mándale un audio… lo que sea, ¡pero hazlo! Que no sea desde el reproche ni el reclamo, sino desde tu necesidad de compartir como estás con ese tema, desde tu deseo de ser simplemente escuchado sin exigencias ni expectativas del otro lado.
3. No cargues con los demás:
Confía que el otro sabrá qué hacer con lo que estás compartiendo. No te llenes de culpa ni miedo. El otro es un auténtico otro y si hablas desde la honestidad todo, con el correr del tiempo, será perfecto.
Tienes derecho a compartirte y darle voz a lo que estás pasando. Lo que te está pasando no te define y si estás conectada/o con tu dignidad no habrá motivos para preocuparte con lo que compartas.
Es tu derecho y desde Filialis te alentamos a que lo hagas valer… porque tú vales.
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